Flammis acribus addictis es la obra ganadora del Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández 2003. Pertenece a lo que Sergio Oiarzabal denominó “poesía violenta” o “poética de la violencia”, entendida como poesía fogosa, impetuosa, arrebatada. El poemario podría ser definido como un cierto neosurrealismo negro, con profundas pinceladas expresionistas bajo los cuales palpita innegable lo existencial.
Flammis acribus addictis
